De un tiempo a esta parte, los generadores de agua helada más conocidos como "chillers" han visto incrementada su popularidad en nuestro medio (refiriéndome al Perú, muy particularmente a la ciudad de Lima) donde el "cambio climático" está llevando las temperaturas de verano e invierno a extremos casi sin precedentes históricos. Los proyectistas y propietarios de edificios nuevos en la ciudad, sean empresariales o complejos residenciales, tienen la disyuntiva de elegir entre adquirir un elevado número de equipos convencionales de aire acondicionado y adquirir uno de estos famosos equipos, haciendo la comparación costo-beneficio de ambas alternativas, tanto en lo técnico como en lo económico.
Lamentablemente el factor costo siempre será un enemigo duro de vencer para los equipos chiller, muy en especial lo que se refiere a consumo de energía eléctrica. Es sobre esto último que en el presente artículo buscaremos brindar algunos alcances, a modo de sugerencias, con miras a buscar el mejor rendimiento de los equipos ya existentes, que son numerosos...¿y por qué no? despertar mayor entusiasmo e interés por esta maravillosa alternativa en acondicionamiento de aire.
Ajuste de la temperatura del agua de condensación
La temperatura de entrada del agua de enfriamiento a
los chillers tiene gran influencia en la eficiencia global
del sistema. Una disminución en la temperatura del agua
reduce la temperatura de condensación, y por tanto,
disminuye el consumo de potencia del compresor. En
general, por cada grado centígrado(°C) de disminución
en la temperatura de condensación la eficiencia del chiller
aumenta un 2% aproximadamente.
Hay que tomar en consideración que si la temperatura
en el condensador es muy baja se puede afectar la capacidad máxima del chiller, la cual está limitada
por la diferencia de presión requerida para hacer
circular la masa de refrigerante necesaria a través
del condensador y el dispositivo de expansión.
Una de las variables que mayor influencia tiene sobre
el consumo de energía de un sistema de climatización
todo agua es la temperatura del agua helada
que sale del chiller y se distribuye a las áreas y locales
a climatizar. Es práctica común elevar la temperatura
del agua helada para ahorrar energía en los
periodos de menor carga de enfriamiento o de temperaturas
exteriores más bajas; sin embargo, el uso
de esta estrategia requiere un especial cuidado debido
a que un excesivo aumento en la temperatura de
suministro del agua helada puede provocar que no
se alcancen las condiciones de temperatura y humedad
del aire en los locales climatizados, afectando
las condiciones de confort en ellos.
Generalmente, la aplicación de este método se
realiza empíricamente por el personal de operación,
no logrando el aprovechamiento máximo del ahorro
de energía alcanzable con el control operacional
de esta variable en las diferentes condiciones climatológicas
y de ocupación del hotel, o en otros casos
afectando las condiciones de confort.
En el Manual Sociedad Norteamericana de Ingenieros
en Calefacción, Refrigeración y Climatización
(ASHRAE), Sección 40.14 (ASHRAE), se recomienda
un método empírico para establecer la temperatura
del agua helada, el cual en esencia consiste
en monitorear la posición de las válvulas que controlan
el flujo de agua en algunas manejadoras de
aire representativas, e ir aumentando la temperatura
del agua helada hasta que estas válvulas alcancen
la posición de completamente abiertas. Este método
garantiza que no se afecte el confort, pero no
asegura que el consumo de energía sea mínimo, ya
que considera solo el efecto de la temperatura del
agua helada sobre la potencia consumida por el compresor,
sin tener en cuenta el incremento del tiempo
de operación del sistema.
Esta estrategia, sin dudas, provoca una reducción
significativa en el consumo del chiller.